– por Florencia Paez

Me dispuse para la práctica…

Aparecen muchos personajes, el miedo, la angustia, la insatisfacción, la vergüenza. Percibo todas las voces, la del miedo es la mas fuerte. Le sigue la de la angustia. 

No quiero escucharlas, cierro todas las ventanas. Es un dolor plagado de sufrimiento. Me dispongo a quedarme donde estoy, a no moverme. Es difícil por momentos, me siento perdida. Las lágrimas empiezan a brotar. Igualmente con intención y compromiso sigo quieta, observando.

La mente intenta hacer diferentes cosas, me doy cuenta que cada unas de ellas son hechas con el ánimo de aliviar y de eliminar el sufrimiento, se desespera por llegar a eso (logro-resultado). Cuando decide abrir las ventanas, entran todas las voces juntas, amontonadas, desordenadas…en un principio todo parece un caos.

La mente no sabe muy bien que hacer para que las voces se calmen, pero, testigo del momento, solo las escucha y las observa, sin juzgar. En un primer momento, observo que sobreviene una calma superficial. Sigo en la experiencia, no me muevo. A veces la mente va y viene. En un segundo momento, y solo por momentos, al disponerme a recibir, puede haber desorden en la superficie pero si cavo un poco mas hondo, observo que existe un espacio de apertura y de recepción amorosa a todo lo que está sucediendo tanto interna como externamente.

Observo, por momentos, que existe una relación simple con el miedo, con la incomodidad, con el enojo, con la frustración.

Reflexiones luego de la práctica:

En un principio, observo que la mente busca, quiere el resultado, abre las ventanas para conseguir calmarse. En un segundo momento, observo que hay un lugar distinto al de la mente, es ese espacio de recepción amorosa, en el que no existe la interpretación o el juicio de la mente. Donde existe el dolor pero no el sufrimiento. Un lugar al que no se llega como un logro u objetivo sino con disciplina amorosa y fuerza del corazón. Observo el mecanismo de mi mente, intentaré no sentarme con la intención de volver a llegar a ese lugar, lo hare con o sin motivación. Agradecida.