Mindfulness mi salvavidas.

 

Por Juan de la Fuente. Noviembre 2018. (Deportistas olímpico argentino)

Antes de conocer a Francisco Vanoni, mi experiencia mas afín al Mindfulness había sido el yoga. Lo practicaba mi padre, y tomé del Yoga sus diferentes posturas y respiraciones para cuidar mi cuerpo, mantenerlo sano, activarlo o calmarlo de acuerdo a lo que necesitaba en el momento. Pero me faltaba algo, en los encuentros de Yoga no nos hablaba de la mente y las emociones. Sí tenia una parte de meditación pero casi nunca como actividad central de la sesión sino que se usaba, la meditación, generalmente para cerrar la sesión.

La gran novedad del Mindfulness para mi fue que me ha enseñado la forma en que  la mente funciona;  entender porqué se producen las emociones, cuales son sus efectos y cómo lidiar con ellos. Súper útil para el deporte como la vela –deporte al que me dediqué como competidor a nivel olímpico en los últimos 20 años. En el deporte de la vela, los días son largos y las competencias duran hasta una semana, tiempo mas que suficiente para que la mente “haga de las suyas” y donde nos visitan emociones de todo tipo: euforia; frustración; miedo; inseguridad; etc. y tenemos que aprender a lidiar con esas emociones de la mejor manera posible para que sus efectos no afecten de una manera negativa la performance deportiva . El tipo de embarcación en la que competía era 470: una pequeña embarcación de 5 metros de largo compuesta por  dos tripulantes, donde en el fragor de la competencia, la presión sicológica puede hacer mucho daño en el seno mismo del equipo si cada integrante del mismo no “sabe como manejar sus emociones. Entonces  me di cuenta cómo mis emociones, además de influir en mí, lo hacía con mi compañero y el resto del equipo.  Aprendí la manera en que la mente funciona, reacciona, que siempre intenta boicotearte. Con la meditación me di cuenta los movimientos de la mente: cómo va para el pasado, cómo al futuro y nunca y casi nunca se detiene en el presente, en lo que estás haciendo en ese momento. Esto a nivel deportivo es determinante, porque si la mente no está presente en el presente, el cuerpo tampoco lo está y esto tiene como consecuencia: desconcentración, perder el foco tanto en los movimientos mecánicos que estoy ejecutando como en los procesos mentales para resolver las situaciones de ese momento. La vela requiere que estés tomando decisiones en todo momento y por lo tanto los lapsus de desconcentración se pagan caro.

Mucho de lo que nos pasa a los navegantes proviene de un entorno –mar, olas y viento- que no podemos controlar y esto es otra de las enseñanzas de Mindfulness: identificar lo que podemos controlar y lo que no. Entender eso, aunque parezca obvio, me dio una gran ventaja. Gran cantidad de navegantes no llega a hacer esta diferenciación y el resultado de ello es una mente que se llena de pensamientos que no son productivos ya que muchas de las cosas por las que se “queja” no son controlables: temperatura del aire: frío o calor; intensidad del viento; dimensiones de las olas y hasta alguna falla que pueda cometer la organización del Campeonato. Todas cosas que son totalmente ajenas al control del deportista y te quita de foco de lo que realmente importa como ser las sensaciones del barco y las decisiones tácticas que tenemos que tomar.

También aprendí que el Mindfulness me ayudaba  para el entrenamiento físico fuera del agua, especialmente en el gimnasio o cuando tenía que trotar para mantener el peso corporal bajo. Darse cuenta de las sensaciones del cuerpo, escucharlo y en base a eso cuidarlo. Si uno no está atento, eso no se puede hacer porque las señales que da el cuerpo son muy sutiles.

Ahora soy un ex deportista y trabajo de entrenador y re-afirmo mas que nunca mi convencimiento –a partir del Mindfulness- de que influencia de la mente es mucho mas potente de lo que generalmente se piensa y en el deporte no se le da la importancia que merece. De todas maneras las potencias mundiales, al menos en nuestro deporte, están adoptando diferentes técnicas para “trabajar’ la parte sicológica: cuentan estos equipos con un sicólogo deportivo, cosa que puede ser útil para resolver alguna situación puntual pero, no muy adecuada si lo que quiero es tener una mente atenta, calmada y eficaz.

Hoy en día aplico el MIndfulness en casi todo lo que hago, es decir, me sirve no solo cuando practico deporte,  sino también para cualquier actividad de la vida cotidiana. Podría llamarla una actitud Mindfulness frente a la vida, no sólo en situaciones de stress, como puede ser un atascamiento en el tráfico, una demora con algún transporte público, lidiar con el miedo o la bronca ante situación de inseguridad. También me ayuda a disfrutar los momentos agradables, ayudándome a vivir el momento plenamente con todos mis sentidos alertas: sentir texturas; olores; ruidos, colores, disfrutar y poner la atención en los detalles, cosas en que antes ni reparaba o muy fácilmente pasaban inadvertidas.

Por todo lo dicho, no tengo más que pensamientos y palabras de agradecimiento al Mindfulness de la manera en que me hizo ver , sentir y pensar el mundo desde otra perspectiva, una más real y verdadera.