Distracción-Atención – por Dr. Diego Robatto

El Dr. Hudson Brewer (Universidad de Massachusetts) describe en su libro “La mente ansiosa” cómo funciona el cerebro cuando no hacemos nada en especial. Se refiere a lo que el budismo dio en llamar la “mente de mono”: Cuando no estamos atentos a ninguna tarea en especial simplemente funcionamos en piloto automático. La mente divaga… y pueden ocurrir muchas de estas posibilidades: la mente salta al pasado o al futuro imaginado, relata historias, hay un diálogo interno (inconsciente) y nos damos manija, nos enroscamos, nos criticamos o criticamos a los demás; sucumbimos ante antojos o caprichos y funcionamos bajo el condicionamiento de los prejuicios. También pueden surgir ocurrencias, y algunas pueden resultar geniales!, pueden aparecer soluciones elegantes a problemas que parecían insolubles. Cuando estamos funcionando de esta manera, la mente no está conectada con el presente, con lo que está sucediendo… y ademas está desconectada del cuerpo.

En neurociencia a este tipo de funcionamiento mental se lo denomina “Modo de funcionamiento por Defecto” y está vinculado a un circuito neural llamado Red Neural por Defecto (DMN o Default Mode Network, en inglés). 

Existen estudios que evidencian que habitualmente las personas pueden pasar en promedio más del 50 % de su tiempo en “piloto automático”, incluso estando en clases o en una conferencia; lo cual refleja la dificultad que existe para mantener la atención focalizada… simplemente nos distraemos.

Por otro lado, cuando estamos inmersos en la experiencia del momento presente, atentos a lo vivenciado; la mente está en la realidad actual, se “fluye” con la experiencia. Cuerpo y mente se encuentran armoniosamente integrados y estamos plenamente presentes. 

Los neurocientíficos han detectado las redes neurales que están  activas cuando se tiene ese tipo de experiencia, y la han denominado “Red neural experiencial” o “Red Ejecutiva Central” (TPN o Task Positive Network en inglés).

La práctica sostenida de Mindfulness tonifica una calidad de atención especial (amorosa, paciente, compasiva e integradora) incrementando el funcionamiento de esta red neural.

La Dra Sara Lazar (Universidad de Harvard) ha estudiado los cerebros de meditadores disciplinados y ha demostrado que las áreas vinculadas a la Red Experiencial están más activas en ellos, e incluso ha encontrado un aumento del volumen de la sustancia gris en estas áreas.

Ambas redes DMN y TPN funcionan de manera opuesta y complementaria, alternándose en su actividad; ninguna de ellas es “buena” o “mala”, ni “mejor” o “peor” que la otra.
Lo que sí es determinante es la manera en que nos relacionamos con estos diferentes modos funcionales. Por acumulación de práctica podemos ir presenciando estos y otros estados mentales, vigilando la mente.

Podemos ser capaces de utilizar la mente para observar la mente, darnos cuenta que la mente está siempre activa, distinguiendo, evaluando y volviendo a distinguir según sus evaluaciones, y volviendo a evaluar según distinciones nuevas o más sutiles, más finas. Es por esta enorme posibilidad que existen diversas psicoterapias que incluyen como recurso elementos de Mindfulness, primero para propiciar el “darse cuenta” (el insight) y luego para modificar. 

Desde la perspectiva del Mindfulness no pretendemos modificar nada. La mente no se controla. La mente se gobierna a través de la vigilancia atenta. Ponemos la intención de practicar con disciplina para propiciar las condiciones que permitan el estado de presencia.